Mapa de América Central y Caribe

Mapa de América Central

Centroamérica o América Central es una subregión de América del Norte que hace frontera con América del Sur, aunque suele considerarse políticamente la tercera región del continente americano.
En el mapa político, Centroamérica ocupa el espacio comprendido entre el Istmo de Tehuantepec, situado en México, y el Canal de Panamá o Darién.
Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá conforman este espacio político, al que se añaden los estados mexicanos de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas, para incluir a México, al menos parcialmente, como parte de la región.
La creación de los actuales Estados centroamericanos fue turbulenta a pesar de su independencia pacífica. En las décadas siguientes, las élites locales de cada región se enfrentaron a sus vecinos por el poder, lo que llevó a la disolución de los primeros intentos de crear un gran estado federal.
La República Federal de Centroamérica se disuelve, dando lugar a las actuales Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, así como a Chiapas, que ya se había separado de la federación para unirse a México.
El actual Belice permaneció bajo control británico hasta 1981. Aunque políticamente sigue ligada al mundo anglosajón, culturalmente la población es mayoritariamente hispanohablante -por lo que el país también se considera parte de Hispanoamérica- y su número crece con la llegada de inmigrantes y refugiados de países vecinos inestables, lo que convierte a Belice en un punto de estabilidad y prosperidad en el norte de Centroamérica.
Por su parte, Panamá siguió siendo una provincia de Colombia hasta que Estados Unidos intervino para tomar el control del Canal de Panamá, inventando un nuevo estado satélite que permaneció bajo su órbita hasta el siglo XX. El intervencionismo estadounidense en la región durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX daría lugar a la aparición del concepto de repúblicas bananeras, ya que se trataba de estados débiles en los que Estados Unidos intervenía sin preocuparse de proteger los intereses de sus empresas fruteras, especialmente las orientadas a la producción de plátanos.
El intervencionismo estadounidense continuó después de la Segunda Guerra Mundial, pero esta vez para apoyar a diversos tipos de gobiernos para mantener a raya un posible ascenso del comunismo en la región, y más tarde para combatir el narcotráfico. La división política y el intervencionismo han producido una región inestable y violenta, especialmente el Triángulo Norte de Honduras, El Salvador y Guatemala, muy marcado por la violencia de las maras y que a su vez ha fomentado el establecimiento de la pobreza estructural.
Sin embargo, el mapa de Centroamérica presenta grandes contrastes de riqueza y estabilidad. A pesar de la pobreza y la inseguridad que afligen al norte de la región, países como Belice, Costa Rica y Panamá son prósperos y estables. Estos dos últimos han alcanzado un IDH (Índice de Desarrollo Humano) muy alto, incorporándose al grupo de Estados «desarrollados».
Costa Rica ha renunciado a los militares y ha optado por un modelo de crecimiento sostenible. De hecho, se estima que Costa Rica podría ser el primer país en descarbonizar su economía. Panamá, por su parte, ha basado su desarrollo en un modelo liberal financiado por los beneficios del canal, que ha permitido al país convertirse en un centro financiero de importancia internacional, aunque a menudo bajo sospecha de prácticas opacas. Sin embargo, ambos países siguen sufriendo importantes desigualdades, con bolsas de pobreza interna.